dimecres, 13 d’agost del 2014

Memoria y sueños. Entrevista a Irantzu Pastor

Irantzu Pastor té 29 anys i és natural de Lesaka, un petit poble al nord de Nafarroa-Navarra. L’any 2003 començà a estudiar Belles Arts a la UB on es llicencià el 2007 especialitzant-se en imatge. Les seves inquietuds artístiques es dirigiren cap a la fotografia especialitzada en situacions de conflicte. Actualment realitza projectes com a fotògrafa freelance.
 
Irantzu es la típica persona que converteix en axioma la mítica frase del dramaturg alemany Bertolt Brecht : “L’art no es un mirall per reflectir la realitat sinó un martell per donar-li forma”.
 
La seva obra “Oroimena eta ametsak” ha estat seleccionada per forma part de l’exposició Denominació d’Origen: Col·lecció Belles Arts.

- ¿Qué te hizo decidir cursar Bellas Artes?
 
- Creo que desde pequeña he sido muy creativa, he tenido bastante sentido de la estética y habilidad para las manualidades. Soy muy observadora en general y siempre he sentido la necesidad de posicionarme ante ese mundo… igual todo llevaba al lenguaje creativo.

- ¿Por qué Barcelona?
 
- Vine a Barcelona porque siempre he sentido a los Països Catalans como un pueblo interesante socialmente y muy cercano a la vez. Por otra parte, para mí es muy importante “el viaje” como aprendizaje y necesitaba sentirme ante esa soledad que siempre acompaña a los nuevos viajes, necesitaba salir de casa.

- ¿Qué recuerdas de tu obra seleccionada para la expo D.O. Col·lecció Belles Arts, “Oroimena eta ametsak” (Memoria y sueños)? ¿Cómo ves la obra pasado todo este tiempo?
 
- Siento contradicciones, por una parte la veo lejana, sobre todo técnicamente, ahora lo resolvería de otra manera… al fin y al cabo han pasado siete años. Pero respecto al tema, creo que sigo haciendo lo mismo. Es curioso, no lo había hecho tan consciente hasta hace poco, pero me he dado cuenta que estoy bastante obsesionada con las fronteras, los muros, los pueblos oprimidos, los conflictos, los olvidados, la memoria… supongo que es normal, al final una cuenta su historia una y otra vez y de diferentes maneras. “Oroimena eta Ametsak” habla del conflicto que estamos viviendo en Euskal Herria y del dualismo de los dos lados de una frontera, al fin y al cabo, han pasado muchas cosas desde hace siete años, pero seguimos en una especie de túnel; vencedores/vencidos, olvido/memoria, legal/ilegal,…

- ¿Cómo crees que te inspiró tu paso por la facultad y por esta ciudad en los proyectos que hiciste posteriormente a tu graduación?

- Por suerte encontré aquello que me indignaba del mundo, encontré cómo quería enfrentar esa indignación y aprendí a comprometerme con ello. Esa certeza no te la dan los títulos, ni másteres, ni créditos… pero empecé a encontrarlo a través del arte en Barcelona. Conocí a un par de profesores que me hicieron pensar mucho sobre el arte y sobre la vida, me enamoré de la fotografía, me hicieron encontrar mi propio discurso y apostaron por mí. Ése fue el gran regalo que me llevé de la facultad.

- ¿Cómo ves la situación actual del arte?

- Lo único que espero es que el arte siga siendo ese medio crítico, creativo y revolucionario que sirva para ponerle freno a lo inhumano. Unos destruyen, oprimen, manipulan y se quedan en la superficie, para mí, el arte tiene que ser lo contrario, es iniciativa, creación y una reflexión profunda de las cosas.

- Mirando un poco a tu pasado reciente, se ve que te gusta viajar, y no exactamente a destinos considerados como turísticos.

- Como ya he comentado antes, tengo mucho interés en los conflictos sociales, cómo responde la sociedad ante las injusticias, hasta dónde puede llegar el ser humano…

- Nos puedes explicar un poco tus experiencias en Colombia y Palestina ¿Qué fue lo que te movió a ir a estos sitios?

- Son pueblos que siempre he querido conocer. Aunque nos quieren hacer creer que es una lucha de Gobierno contra “terroristas”, como en muchos conflictos, de lo que realmente estamos hablando es de un pueblo oprimido que lucha por la justicia social, y normalmente a los grandes poderes políticos o económicos mundiales, eso, la igualdad, la humanidad y la paz no les hace mucha gracia. He estado tres veces en Colombia con la cámara en la espalda, sobre todo acompañando y retratando a las víctimas de los crímenes cometidos por el Estado Colombiano, todos ellos, ejemplo de dignidad y lucha continua que han marcado mi vida.

- Y sin irnos tan lejos, ¿cómo ves el proceso de paz en Euskadi?

- Difícil…, parece-dicen que cambian cosas y a la vez no cambia nada. Ya no hay guardaespaldas, pero hay 500 presos políticos y 200 personas esperando juicios políticos o a la resolución. Un proceso implica a los dos lados de la frontera, y una de ellas por lo visto parece que ha decidido que con las antiguas herramientas sacaba más partido político que apuntándose el tanto “pacifista”. Mientras esos vean la guerra como un medio más eficaz y rentable para sus intereses económicos y políticos, no debemos esperar nada más que guerra continúa. Citando un fragmento del texto escrito por Fer Apoa que aparece en mi obra Oroimena eta Ametsak: “a veces la palabra paz en boca de algunos se prostituye y pierde todo su valor”.

- ¿En qué proyectos estas trabajando ahora mismo?
 
- Actualmente estoy en un proyecto fotográfico nuevo sobre las fronteras (se ríe) qué raro. Concretamente sobre las fronteras que pone el mundo occidental a la inmigración. A ver qué sale de todo eso…
 
- ¿Bajarás a ver la exposición? Se inaugura el 3 de septiembre en el edificio histórico de la UB.
 
- ¡Sí! ¡Tengo muchas ganas de bajar a Barcelona y Catalunya en general! Hace bastante que no voy y va ser muy bonito volver con la “excusa” de la exposición. Si no es a la inauguración un poquito más adelante seguro, además, me encantaría estar presente el 11 de septiembre.

La seva web es www.irantzupastor.com ara mateix s’està reestructurant i en breu podrem tornar a gaudir-la. 
 
Eskerrik asko Irantzu!!

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